Reunión Blogger

-Tengo un mal presentimiento acerca de esto.


Esto le dije a Bianca antes de entrar al café 1661, en donde estaban los bloggers reunidos. Primero fuimos al café Tónicos. La persona que atiende, aparte de negarme la entrada porque me miraba “muy pendejo para ser verdad”, me cerró la puerta en la cara.


Ya íbamos a regresar a nuestras respectivas casas, hasta que por ahí alcancé a escuchar algunas personas que dijeron que se había cambiado el lugar de la reunión al café 1661, pero en cuando me acerqué a preguntarles con detalles, arrancaron en su automóvil.


Al encontrarme de frente con la puerta de del 1661, el presentimiento se hizo más fuerte. Por la ventana reconocí varias personas. Sentí pánico escénico.


-Yo creo que no deberíamos entrar -le comenté a Bianca.

-¿Porqué no?

-No le voy a caer bien a nadie... será algo extraño. Tengo mil motivos para dar media vuelta y retirarme.

-¡Hay que entrar!


Abrió la puerta y me empujó hacia el interior del lugar. Las personas presentes hicieron un silencio sepulcral. Por ahí alcancé a escuchar que varios susurraron “es el BadBit, ¡qué descaro!” y los rostros pronto se tornaron serios y hasta enojados.


-¡Hola! -fue lo que atiné a decir.

-No recordamos haberte invitado -dijo alguien. Lo reconocí, era sgenius.

-Eh... en el post decía que era para cualquier blogger.


Los bloggers comenzaron a mirarse unos a otros, con expresiones de desaprobación.


-Además llegas tarde -dijo una muchacha. Era Kamelié Zarzamora.

-Si, disculpen... Pensamos que se haría en el Tónicos. -En voz baja le dije a Bianca- ¡Te lo dije!
-A ver -prosiguió Kamelié- ¿Quién de aquí le avisó al BadBit el cambio de lugar? Pensé que había quedado muy claro que no se iba a enterar.

-Disculpa -dijo Tavo-, lo comenté a Brendah y me alcanzó a escuchar.

-¡Genial! ¿Cómo nos vamos a deshacer de él?


No me había dado cuenta de que todos estaban sentados en círculo. Tenían expresiones severas, y sus ojos estaban fijos en mí. Por una extraña coincidencia quedé enmedio de todos. Miré que Bianca salió del café, tal vez ahuyentada por la mala vibra que se sentía.


-¡Contéstenme! -gritó Kamelié. Telepedro levantó la mano.

-Yo propongo que lo quememos en la hoguera. Estoy harto de su blog y todo lo que hace.

-¡Qué! -grité yo.

-¡Si! ¡Hay que quemarlo! -gritaron varios más.

-No, no, no... -dijo Kamelié- Eso ya lo hicimos la otra vez, ¿recuerdan?

-Me puedo retirar su quieren... -dije yo.

-¿Después de arruinar nuestra ceremonia? -dijo Marcos, otro blogger presente- ¡Claro! ¿Y tu nieve?


Mi presentimiento había sido cierto. Miré por la ventana y ya no estaba el automóvil de Bianca. Estaba completamente perdido, y me rebajé a implorar por mi vida.


-Perdónenme, se los pido de rodillas, ¡déjenme ir!

-No es suficiente.

-¿Quién eres?

-Yo soy Nora, y no preguntes nada más.

-¿Porqué no?

-Si te digo algún otro dato tendríamos que eliminarte al instante. Cosa que no estaría nada mal...

-¡Momento! -en esta ocasión logré identificar al joven que hablaba, era el memo- Yo sugiero que lo pongamos en la olla de aceite hirviendo.


Una voz anónima dijo “Buena idea, y de paso comemos chicharrón”. Sgenius tomó la palabra.


-En vista de esta lamentable intromisión a nuestra reunión de Blogwarts, sugiero que nos apeguemos al libro sagrado para ver el destino de este inmundo animal del cual prefiero no decir el nombre.

-¡Si! ¡Si! ¡El libro! -gritaron todos.


Pronto llegó una persona en una túnica negra, con un sombrero puntiagudo, cargando un libro grande y lleno de polvo. Sgenius lo tomó en sus manos después de hacer una reverencia, y lo abrió en determinada página. La persona se quitó el gorro y resultó ser Fabián.


-El gran libro dice: “En caso de que algún imbécil perturbe la sagrada reunión de Blogwarts, se procederá a aplicarle la tortura de la cuna de Judas”

-¿Qué es eso? -pregunté yo.

-No quieres saber... -respondió Sgenius.


Decidí correr hacia la puerta, pero dos personas me bloquearon el paso.


-¡Agárrenlo! -gritó Kamelié.


Todos los bloggers se fueron sobre mí, me sujetaron con fuerza. Con gritos y golpes, me cargaron en hombros hacia el fondo del café, lanzándome en una de las mazmorras. Ahí dentro me encontré con Bianca.


-No logré escapar... -me dijo apesadumbrada, con lágrimas en los ojos.
-¿Qué es esto? ¿Porqué nos tratan así?


Afuera se encontraban todos los bloggers, felicitándose por su captura y nuestra próxima tortura y ejecución. Aparte de los mencionados, reconocí a Marisol, Patunio, Joelia, Gilda, Nacho, Emily, Óscar, Baka-Neko, Lizardo y Pola. Había más gente que no conocía, pero todos parecían felices y sedientos de sangre.


-¡Sáquenos por piedad! ¡No hemos hecho nada! -gritaba yo, ahora llorando.


Y luego desperté. La verdad que estuvo raro mi sueño del viernes, ¿no creen?


Atte.
BadBit

Caracol

El suelo estaba repleto de caracoles. Nos enteramos al día siguiente, cuando vimos los caparazones destrozados por los pisotones que les dimos de noche pensando que eran piedritas. Los que quedaron vivos pasaron la madrugada huyendo para ponerse a salvo.

Yo nunca había visto un caracol hasta ese momento, y varios de mis primos tampoco. Cuando amaneció y encontramos los cadáveres, nos ilusionamos buscando uno vivo, aunque sea uno. Lamentablemente hicieron un buen trabajo al esconderse.

Lo bueno fue que encontré uno grandotote, pegado a una pared. Lo despegué con trabajo y lo coloqué en un vaso de plástico transparente. Contemplé maravillado sus ojos, y su boca pequeñísima. Se me hizo interesante la manera en que se ocultaba cuando sentía peligro, y las olitas que se formaban en su vientre al caminar. Todo esto y ni tiene cerebro, pensé.

Creo que fue a mí al que se le ocurrió lo de la sal. Ya había escuchado yo que la sal y los caracoles no se llevan muy bien, pero no tenia claro el cómo y el porqué. Así que me decidí a experimentar.

Entre mis primos y yo conseguimos un poco de sal, y pusimos a nuestra víctima en el suelo. Colocamos unos pocos granos en su cabeza. Se ocultó al instante, retractando sus ojitos, tratando de hacerse lo más pequeño posible. Burbujas comenzaron a salir en su piel, y poco a poco vimos al invertebrado convertirse en una baba verde.

Después de unos instantes movimos su concha, y solamente vimos más y más baba verde. Del caracol no quedaba nada, así comprendí el cómo.

Lo único que me preocupa, es que eso también me va a pasar a mí. ¿Porqué?


Atte.
BadBit

Ángel

Iba mi padre a toda velocidad por las estrechas calles de Mexicali con sus dos hijos a bordo. Nosotros brincoteábamos de un lado a otro en nuestros asientos, pero no de felicidad. ¡Se nos hacía tardísimo! Nuestras cabezas se golpearon contra el techo al pasar por unos topes sin frenar ni tantito. ¿Creen que nos importó? Para nada, era un pequeño precio a pagar. Seguimos brincoteando desesperados, porque ya queríamos salir en la tele.


En efecto, apareceríamos en el programa infantil más popular: El programa de Rorrito, el payaso de Mexicali. Íbamos a ser la envidia de toda la escuela (kinder incluido) y todo porque enviamos un dibujo navideño al canal tres. ¡Habíamos ganado el concurso Navidad de Colores!


Veíamos las casas, y a los otros carros pasar zumbando al quedar atrás, y en cada curva teníamos que aferrarnos con las uñas a lo que pudiéramos. Hasta que en una de esas vueltas bombéricas escuchamos un gran CRACK, que resultó ser la llanta de una bicicleta que se estrelló de frente contra nosotros, con todo y ciclista.


Después del frenón, mi padre golpeó con fuerza el volante, profiriendo una maldición, mientras el ciclista batallaba para levantarse. Mi padre bajó del carro, y dispuesto a dialogar con el pobre hombre que batallaba para incorporarse. No escuché su conversación, porque estaba dentro del carro con los vidrios cerrados, y sin dejar de brincotear. Pero supongo que fue algo como Disculpe la molestia, pero es que mis hijos van al programa de Rorrito y vamos tarde, En serio van al programa de Rorrito, me lo hubiera dicho antes, Así es, ganaron el concurso de Navidad de Colores, imagínese usted, Impresionante, debe tener unos hijos muy talentosos, Por supuesto, así que le ruego perdone lo de su bicicleta, ya veo que la llanta frontal quedó completamente destrozada, En efecto, pero no importa, sus hijos llevan prisa y van camino a una oportunidad única en la vida. Luego mi papá le dio un billete al señor.


Llegamos tardísimo al canal, y cuando el guardia de seguridad nos estaba interrogando, vimos pasar a un payaso manejando un automóvil completamente ochentero. ¡Era Rorrito! Nos saludó con su guante blanco y su sonrisa pintada y nosotros devolvimos el saludo entusiastas.


Tras una breve averiguación, nos pasaron a una sala de espera, justo fuera del estudio. Ya había algunos niños ahí. Nos entretuvimos observando la colección de cintas magnéticas del canal tres, a través de una ventana. Ven eso, preguntó un niño y nos respondió sin darnos tiempo de hablar, son puros comerciales.


Tuvimos que esperar una media hora. Lo bueno fue que pudimos ver caricaturas en la tele. Lamentablemente no la escuchamos, por estar detrás de la misma ventana por la cual vimos las cintas magnéticas. Y peor aún, el mismo niño sabelotodo que nos dijo que eran comerciales, se sabía el capítulo de memoria y nos complació con su interpretación de todos los personajes del conde Pátula.


¡Finalmente nos pasaron al estudio de grabación! Me sorprendió ver que apenas cabíamos, y que el famoso escenario era diminuto. Nos regresaron nuestros dibujos (los culpables de que estuviéramos ahí) y nos alinearon frente a la cámara.


En eso entra Rorrito, y nos saluda.


Cómo te llamas, me preguntó.

Miguel Ángel, contesté yo, a lo que él preguntó Y en serio eres un ángel.


Lo bueno es que sí era un payaso, por lo tanto tiene licencia de hacer chistes malos. Yo le respondí que sí.


De pronto, escucho que uno de los camarógrafos comienza a decir una cuenta regresiva, al final de la cual se encienden varios focos rojos, y Rorrito comienza su show:


Hola niños cara de carne, con la nariz enmedio de la cara...


Dejé de escucharlo, y me puse a ver las luces del estudio, la cámara que tiene un prompter (aunque en ese tiempo no sabía cómo se llamaba), el termo de Batman regresa, los camarógrafos... Todo me tenía emocionado. Volteaba para todo lugar posible, y en vivo.


Terminó el segmento, y los focos rojos se apagaron. Lo primero que hizo Rorrito fue voltear hacia mí y decirme No eres un ángel. Tímidamente, me llevé el osito Bimbo de peluche que me había ganado, y que tánto gustó a mi padre cuando lo vió, afuera del estudio.





Éste sí fue un hecho real, que aconteció cuando iba como en tercero de primaria.



Una niña muy suertuda que pudo tomarse una foto con Rorrito...

Atte.
BadBit

¡El bufón ha muerto, que viva el bufón!

Los usuarios de Internet son caprichosos, no se sabe que odiarán o amarán de un segundo a otro. Pueden enamorarse de un sitio web durante unos momentos, para después abandonarlo con la misma facilidad, azotándolo con el látigo de su desprecio.


Pero algo es seguro: A los Internautas les encanta ver idiotas haciendo el ridículo. Cada cierto tiempo, un nuevo bufón de la red aparece para deleite de todos, y es objeto de burla hasta quedar completamente destrozado en todos los sentidos. La piltrafa humana que sale de este coliseo, sólo abre el paso a uno nuevo. Y así, ad infinitum...


Hay casos más memorables que otros, entre ellos se encuentran: Manolo cabeza de huevo, William Hung, Yo amo a Laura, All your base are belong to us y The homepage of Peter Pan.


Sin embargo, en vista de hechos recientes, hay tres en especial que llaman mi atención.


Numa Numa


Recordemos a Gary Brolsma, quien con su webcam creó un video en donde sale bailando al ritmo de la canción Dragostea Din Tei. La calidad de la imagen es mala, la de sonido igual y su baile aún peor.




Pero nos da risa, por eso saltó a la fama instantáneamente. Hasta publicaron un artículo de él en el New York Times y muchísima gente se sabe el bailecito ridículo de memoria. La burla llegó a tales extremos, que Gary dejó de responder a las llamadas de los medios, y canceló su aparición en el programa televisivo Today de la NBC. Debe estar muy arrepentido de su espontáneo arranque de ingenio.


Star Wars Kid


Y luego llegó Ghyslain Raza, el canadiense de 15 años. Se grabó mientras jugaba a las espaditas de Star Wars y sus compañeros de clase le robaron el cassete. En menos de lo que canta un gallo, el video comenzó a circular por el Kazaa y fue descargado por cientos de personas quienes sufrieron emociones encontradas, que van desde la risa hasta la pena ajena.



En tan sólo dos semanas, algún gracioso tuvo la idea de ponerle efectos especiales a este triste espectáculo, creando a otro payaso listo para ser despedazado en el coliseo por millones de internautas hambrientos de sangre:




Muchísimas de parodias vieron la luz del día, haciendo a Ghyslain tan estúpidamente famoso que no logró soportarlo. Abandonó su escuela secundaria debido a las burlas constantes, y demandó a los muchachos responsables de haber robado el video. Lo bueno es que el archivo sigue circulando, y todavía nos puede sacar lágrimas de risa. Ghyslain quiere su vida de vuelta, ha tenido que entrar a terapia psicológica por culpa de este incidente.


Yo escribí un cuento con su dramática historia hace dos años con el título Cuatro casos hipotéticos.


La caída de Edgar


Pero el señor Raza nos estaba aburriendo, ya no hay tantas parodias nuevas. Afortunadamente, tengo la dicha de presentar al bufón nuevecito que vendrá a alegrar nuestros ratos de ocio mientras su imagen personal se degrada hasta alcanzar niveles infrahumanos. Para mí es un orgullo decir que se trata de un mexicano. Les presento a Edgar:



Ya hay canciones basadas en sus memorables frases Ya weeeey, pinche pendejo weeeey, parodias del video, un juego en flash en donde aparece nuestro amiguito Diego Santoy, displays del messenger, refranes del tipo Si el río suena, es porque a Edgar lleva, tonos para el celular y demás parafernalia.


Tengo entendido que el niño todavía conserva la integridad mental. ¡Disfrútenlo mientras nos dura!


Atte.
BadBit




Referencias:

P.D. Quiero agradecer a mi amiga Deya por presentarme a Edgar con toda la diversión que esto implica ;)

Mi tío favorito

Me hubiera pasado la noche vagando si no fuera por esa mujer. La voz con la cual llamó mi nombre sonó joven, pero su rostro me indicó que me aventajaba unos veinte años. Yo no tenía ganas de sacarle mucha plática, ni a nadie. El centro de la ciudad no es el mejor lugar del mundo para socializar con extraños, pero me intrigó lo que dijo: "Te reconocí por mi álbum familiar, sales en algunas fotos, de bebé. Sigues igualito".


Al principio pensé que era una estrategia bien ensayada para tratar de ligarme, o para sacarme dinero. Ya iba a proseguir mi marcha cuando te mencionó a ti, supuestamente te conoció hace muchos años. Me preguntó si seguías soltero, le dije lo mismo de siempre: "Sigue soltero y seguirá soltero..." Le dio mucha risa, te conocía bien.


Describió mis fotos. Se me quedó muy grabada una, dice que sales cargándome en brazos, como arrullándome. Con esto agarré confianza de confesarle que siempre has sido mi tío favorito, mi verdadero padre, que aprendí todo de ti. Ella contestó que me recordaba bien, pero que dejó de frecuentarte cuando te desapareciste con todo y casa. Que unos meses no la llamaste, cosa nada rara, pero cuando pasó el año te fue a buscar y no había nada. Recordando se me removió todo el sentimiento, y al parecer a ella igual porque se le mojaban los ojos a ratos.


Tu casa a un lado del río me encantaba. Salía uno al patio, asomaba la vista y al fondo del barranco se miraba el agua corriendo. En aquellos tiempos estaba limpia y transparente y hacía música al chocar con las pocas piedras. Cuando de pura casualidad alguien pasaba por ahí, le llamaba la atención tu casa blanca, al ser la única por esos rumbos pelones.


Tantas veces te visité, tantas más estabas con una mujer diferente. Aunque de niño no me daba cuenta de lo que pasaba, por ir a visitarte tan seguido me tuve que enterar. No se me olvidó nada de lo que te aprendí, te aseguro que de todavía te seguirías orgulloso de mí.

El día del deslave me sentí realmente destrozado. En cuanto me dijeron lo que había pasado salí pedaleando hasta el río. Desde lejos comencé a ver los restos de tu casa desparramados por el barranco, casi llegando al fondo. Había gente buscándote, yo también saltaba desesperado, con los ojos bien abiertos y llenos de lágrimas. Miré tu mano saliendo de la tierra, como si estuviera plantada. Grité con todas mis fuerzas: "¡Aquí está! ¡Hay que sacarlo!" Jalé de tu mano tan fuerte que me fui para atrás llevándomela. El deslave te despedazó completo.


Al final me despedí de aquella mujer, sacando como pretexto que tenía algo que hacer. Puras mentiras, no quería seguir recordando. Me tomó por la manga de la camisa y habló: "Dile que lo sigo esperando". Le contesté lo de siempre: "Le voy a decir, pero no va a mover un dedo". También soltó la carcajada con esta respuesta. Yo me fui sin siquiera preguntarle su nombre.


A lo largo de mi vida, conforme me he encontrado con tus mujeres, no les digo lo que te pasó. Siempre quieren saber si ya te casaste, tienen la esperanza de ver si ya dejaste la buena vida, si ya le paraste al gozo. Me vas a disculpar, pero a mi me da mucha pena confesarles que un deslave no dejó de ti cosa que sirviera.


Atte.
BadBit