Visceral

Uno de mis más grandes sueños de la infancia era presenciar un accidente
sangriento y visceral: Un suicidio, un atropellamiento, una explosión, balacera,
el desplome de algún muro que se lleve a dos o tres humanos, etcétera.


Tal vez por eso hacía esos dibujos. Los de tripas, hígados, cerebros, venas y
ojos regados por doquier, unidos tenuemente por un último resquicio de vida, en
el umbral de convertirse en materia orgánica putrefacta, apestosa, agusanada.
Moviéndose apenas, quién sabe para qué.


Piénsenlo: ¿Qué necesitan para estar destripados? ¿Qué tanto les falta para que
sus arterias comiencen a vaciarse irremediablemente? No mucho. Me parece más improbable el hecho de que absurdamente nuestras partes continúen pegadas, unidas, intercambiando fluidos todavía, cuando existen millones de cosas en este universo dispuestas a transportarnos a ese estado mucho más comprensible y sensato que es la no-vida, que quién sabe lo exista eso a lo que llaman muerte.


Las explosiones que lanzan pedazos refritos de carne, pelo y huesos también
abundaban en mi imaginación. Parte por parte se arrancarían los trozos. Detenía mis fantasías en una cámara lenta casi alto-total. Digamos, visualizaba un rostro siendo despellejado por una onda de choque, arrebatado de sus dientes, lengüeteado por las llamaradas incandescentes de una explosión inexplicable, al menos inexplicable para el cerebro que acaba de licuarse por culpa de ella.


¿En qué momento deja de ser él? ¿En el preciso instante cuando se queda sin
extremidades? ¿Cuando apenas se está arrancando la última? ¿Cuando las vísceras se encuentran tiradas delante del tórax palpitante? ¿Una vez que queda
convertido en un carbón irreconoscible? ¿Cuando la cabeza se separa del cuerpo? ¿Cuando se derrama la mitad de los sesos? ¿Tiene tiempo para darse cuenta de lo que sucedió? ¿Importa?


Me detenía también a observar el espectáculo de un perro atropellado, patas
arriba y con el vientre reventado, tratando de adivinar cuales de esos pedazos
negruzcos llenos de moscas sería el estómago, el páncreas, los pulmones. Algunos gatos quedaban como un tapiz marrón de pelos a media calle, ni forma de gato tenían.


El día en que me suceda eso a mí, será una verdadera lástima no poder contemplar las expresiones faciales de los testigos. Se quedarán mudos, y su cerebro intentará buscar sentido y figura a lo que siempre fueron pedazos de materia. Cuando me suceda eso, cuando llegue mi hora, tendré la respuesta a las dudas que me invaden desde niño, pero la dejaré embarrada por todas partes, irreconocible e inútil como toda materia de este universo.


Atte.
BadBit

10 comentarios:

D.R.G. dijo...

uy pues... despues de leer esto tengo varias opciones para ti

1) eres necrofilico
2) eres un sadito
3) te ekivokaste de carrera, debiste ser medico
4) estabas bieen arriba cuando escribiste esto jajaja

no es cierto badbit, pero yo pienso lo contrario a ti, no me gusta presenciar cosas asi =S me da askito, a menos k sea un video juego

se te kiere asi bien sadico amiguis

Abogado dijo...

.


????????, Yiiiiaaaaghhhh,!! Jijiji


.

Kamelie dijo...

Carnicero.

Anónimo dijo...

puto chupapollas

Anónimo dijo...

Bonita nota suicida.
P.D. Caldera chupavergas.

Reyna M dijo...

el post mas morboso que he leido tuyo. En el fondo muy en el fondo a veces pienso cosas asi.

Unknown dijo...

¿Has visto la de Men Behind The Sun (黑太阳731)? Si no, por lo que acabas de poner quizá te interese (si así eras de niño, imagínate ahora).

A mí me llama la atención cuándo es que nos apagamos. No me voy a extremos de destripamiento ni esas cosas, pero me da mucha curiosidad cuándo es que las cosas pasan de vivas a no vivas. Es... es como una maquinaria autónoma a la que se le sale un engrane y *bam*, deja de funcionar ya para siempre (es mala la analogía, cierto).

Sería bueno que hubiera de esa "vida después de la muerte" y que uno pudiera recordar lo que hizo en vida (en la inmediata anterior), así podríamos seguir investigando y desarrollando teorías. Muy entretenido. Asumiendo que no existan esas torturas infernales, claro.

Shinji dijo...

Yo tengo ese tipo de pensamientos recursivamente, cada persona nueva que conozco inevitablemente la imagino desparramada por ahi, cercenada u otra de esas cosas vicerales. Yo aun no se a que se deba, pero supongo que es normal en todos, solo que no todos lo confiesan.

Saludos!
:D

Anónimo dijo...

Cuando te pase eso, yo le tomo video a la gente y te lo subo al youtube. En el infierno han de tener youtbe. ¿no?

El Tux dijo...

supongo que es la eterna obsesion humana con la muerte...
yo tambien la tengo...
pienso en realidad que la oh gran mayoria, si no es que tod@s...
porque por que no habriamos de tenerla? digo, es de lo mas seguro que tenemos por estos lados del universo.
en fin, igual yo tambien pienso (tambien que no significa 'tu', si no una adicion a mis otros pensamientos), que toda la gente, independientemente si se da cuenta o no, desde el inicio del tiempo, es existencialista...

y ya
buenos posts

txus