Titanic 3D



Este va a ser un post muy largo. Supongo que muchas cosas podrían cortársele sin problema. Igual que a la película que lo inspiró. Vayamos por partes.

Forever alone en bici


Antier fui a ver Titanic en 3D al cine. Fui forever alone y en bicicleta. Durante el camino a algún gracioso en carro se le hizo buena idea lanzarme una botella de 7up que casi falla. Me pegó en el brazo y me mojó un poco. Seguí mi camino sin detenerme hasta que la soda se secó y dejó una costra de azúcar en mi brazo, codo y mano. En esta ciudad ser ciclista es equivalente a ondear una capa roja enfrente de los conductores.

Cuando llegué al cine descubrí que a toda la ciudad se le había ocurrido ver Avengers al mismo tiempo. Sólo a un grinch como a mi se le olvida que el cine estaría lleno. Confieso que esa película no me interesa tanto. Le veré por curiosidad, de niño siempre quise que en el cine sucediera lo mismo que en los comics: Básicamente los crossovers y la mezcla de varios superhéroes en la misma trama. Con el tiempo las películas basadas en cómics son las más taquilleras, así que ahora es comercialmente viable, ahora que ya no me interesa.

Vi Thor, Iron Man, Capitán América, Hulk y demás. Ninguna me conmovió ni emocionó demasiado. Se me olvidan de camino al estacionamiento, o en el trayecto de regreso en la bicicleta. Son películas que siento trilladas y, seamos sinceros, las tramas son para niños. Por más que intenten sofisticarlas, añadir muertos, sangre, secuencias de acción impresionantes y efectos especiales deslumbrantes, la triste realidad es que son cuentos de hadas del siglo XX, ni siquiera del XXI. La guerra fría ya quedó atrás, así que también desde ese punto de vista los super-héroes están obsoletos. Se quedaron sin villanos.



El punto es que el cine estaba a reventar. Lo primero que hice fue entrar al baño para lavar mi brazo. No había toallas de papel para las manos, tuve que secarme con papel de baño. Las filas para entrar a las salas eran enormes, pero para ver Titanic era ridículamente pequeña. Puras parejitas de novios y de amigas. Hacer fila para ver Titanic en 3D sólo es una escena sacada directamente de Loserville. Pero ni modo.

¿Por qué quería ver Titanic? Se preguntarán ustedes. La pasan a cada rato en la tele, mucha gente se la sabe de memoria. Yo no. La vi una vez completa: El primero de enero de 1997. Ese día normalmente hay una reunión familiar en el rancho de un tío abuelo, pero ni mi mamá, ni un primo ni yo teníamos ganas de ir. Mi papá y mi hermana si fueron, así que nos quedamos pensando en qué podíamos divertirnos. Mi mamá sugirió ir al cine, así que llegamos y de la cartelera nos llamó la atención "Titanic".

No sabíamos absolutamente nada sobre la película, nomás que era sobre el barco que se había hundido. Supongo que todas las demás opciones eran aburridas así optamos por esa. Era muy temprano, y nos dijeron que los boletos se habían acabado. Compramos para una función posterior y nos fuimos a un Samborn's (Sangron's, como me gusta decirle) para matar el tiempo.

Volvimos después de unas horas, un poquito después de que iniciara la función, y nos dijeron que ya no había lugar. Mi mamá se puso a reclamar, les dijo que cómo era posible que no hubiera lugar para nosotros, que pagamos boletos, que por qué vendían boletos de más. El tipo de la entrada dijo que mucha gente incluso estaba sentada en las escaleras. Mi mamá se puso como los pasajeros de tercera clase cuando no los dejaban salir hacia los botes salvavidas.

Al final de cuentas logró que nos dejaran pasar. Sin embargo, estuvimos en asientos separados. La película ya había comenzado, se encontraba en la primera secuencia submarina. Como no esperábamos nada de la película nos impresionó mucho. Obviamente en aquel entonces no sabía casi nada de cine, así que no tenía un ojo nada entrenado y tomaba las cosas como van.

Creo que no he visto la película completa desde entonces. Por supuesto que he visto partes, aunque nunca en la tele. Pronto se asoció a Titanic con niñas que amaban a Leonardo DiCaprio y "My heart will go on" sonaba cada cinco minutos en la radio. Y en todas partes. La mera verdad, hartaron. Algunas escenas se manosearon hasta llegar al asco: "I'm the king of the world!", "I want you to draw me like one of your french girls" y así.

Fue tan interesante verla de nuevo, ahora con el ojo bien entrenado. Tengo mucho qué decir, si es que a alguien le importa.

La reseña


Primero: Todo en la película es excelente, excepto la construcción de los personajes. Damn! ¡Qué acartonados! ¡Qué frases tan estereotípicas! A veces hacía gestos de lo doloroso que era escuchar algunas líneas de diálogo ultra-cursis. Lo único que le faltaba al prometido de Rose era retorcerse el bigote y amarrarla a las vías del tren. Los pasajeros de primera clase parecían sacados de un sketch de Monty Python y los de tercera clase no cantaban mal las rancheras.

Por ejemplo, la escena cuando Rose va a saltar del barandal me pareció totalmente inverosímil. Los diálogos y todo está bien cursi, bien cuadrado, con actuaciones dignas de Star Wars.



Seamos justos: No puedes experimentar con la película más cara de la historia. Si vas a invertir tanto dinero en un proyecto, lo menos que puedes esperar es recuperar la inversión. James Cameron lo sabe muy bien, y nos ofrece una trama demasiado simple. Una historia de amor imposible, Romeo y Julieta dentro de un barco que se hunde. No hay posibilidad de confusión: Los malos son maaaaaalos, y los buenos son bieeen buenos. En Avatar hizo exactamente lo mismo.

Y la trama de Avatar es increíblemente similar a la de Titanic. Los científicos están a punto de llegar a un conocimiento trascendente sobre algo, pero gracias a un informante se dan cuenta de que nunca comprendieron el problema. En Titanic, la anciana de más de 100 años, en Avatar, un militar incapacitado. La persona que menos lo esperas, pues. Al final de cuentas ellos tienen la sensibilidad que le faltaba a los científicos, quienes nunca se dejaron seducir por Titanic/los Na'vi.

Segundo: Toda la ambientación y los efectos especiales son impecables. En este aspecto, Titanic no ha envejecido prácticamente nada. Este es el fuerte de James Cameron, lo técnico. La fotografía es clarísima, las tomas iniciales de cuando recién abordan el crucero todavía quitan el aliento. El barco se siente mucho más vivo que los personajes, mucho más tangible y tridimensional. Hablando de esto, el 3D está bastante bueno, si valió la pena.



Quería continuar diciendo algunas cosas más que noté ahora que la veo por segunda vez. Pero creo que no tiene caso. ¿Qué más puedo decir de una película de la cual ya se dijo todo? Sólo quisiera terminar comentando que es una buena película, aunque la sobreexposición terminó hartándonos. Hice bien en no verla durante muchos, muchos años.

Pero eso sí: Nunca creeré que una anciana de 101 puede treparse al barandal de un barco.

Casino

Ayer entré por primera vez a un casino mexicalense. Ya hay demasiados por toda la ciudad y parece que siempre están llenos. Los juegos de azar nunca me han gustado, por lo que mi vida había estado muy tranquila sin ellos. Nos ignorábamos mutuamente.

Ya había visto los casinos de Las Vegas y de Viejas y no he apostado un sólo centavo todavía. Que me disculpe la gente que lo hace, pero me parece una estupidez. Prefiero tomar mi dinero y depositarlo directamente en la basura, que es exactamente lo que sucede.

Es imposible convencer a un jugador de que está desperdiciando su dinero. Comienzan a argumentar que "sí puedes ganar" y comienzan las anécdotas de conocidos y que si se llevaron un día más de lo que invirtieron. Es impresionante que el ser humano quiera ser tan ciego: "El otro día gasté fulanita cantidad y me llevé tanto". ¿Hablan en serio cuando me dicen eso? ¿Se han puesto a sumar todo lo que han gastado en el casino? ¿Les enriquece el apostar?

En las Vegas ya había visto de cerca la miseria humana: Gente dormida enfrente de la máquina tragamonedas, otros conectados con su tarjeta jalando una palanca repetitivamente como zombies y otros haciendo limpias y rituales para atraer la buena suerte. Un casino es un mundo autocontenido donde tienes todo lo necesario para olvidarte de tu realidad y seguir apostando. No hay relojes, ni ventanas hacia el exterior.



Con tanto casino, Mexicali me recuerda un poco a la película It's a wonderful life. En ella el personaje de George Bailey tiene la oportunidad de ver lo que sería su pueblo si nunca hubiera nacido. Por azares del destino, el pueblo está lleno de centros nocturnos, casinos, vicio y miseria. Quizá recuerden más su remake, Back to the future 2, donde Marty McFly llega al 1985 paralelo y sucede exactamente lo mismo.


Los casinos de Mexicali, por supuesto, no se comparan a los de Las Vegas. El lujo es mucho menor, pero la fantasía es la misma: El placer, el lujo, el sentirte rey por un rato y la esperanza de hacerte millonario por un golpe de suerte. Fui al que se llama Gold Lion, creo, y de nueva cuenta no aposté nada. Me la pasé en el área del bar y di algunas vueltas por las máquinas para ver a la gente. Fue muy triste.

Me detuve a ver a una anciana que estaba jugando en una máquina. Vi que tenía 200 pesos de crédito y presionaba un botón para detener las figuras que avanzaban en la pantalla. Lento pero seguro su crédito iba disminuyendo con cada presión del botón. A veces el dinero subía un poco, cuando formaba algunas figuras, pero muy pocas veces. La tendencia era claramente hacia la nada. Aunque claro, la máquina hacía todo un escándalo cuando la señora "ganaba". Me pareció un espectáculo deprimente y decidí seguir recorriendo el resto de las máquinas con la amiga que me invitó.

La cerveza es increíblemente barata. La media cuesta diez pesos. Hay agua y soda gratis para los jugadores. Tomé varias botellas de agua durante mi estancia, no tomo soda. Compramos unos nachos con carne asada y vimos a las personas del bar. También fue interesantísimo. Obviamente hay muchas personas que no están tan interesadas en el juego, más bien en el alcohol barato. Una estrategia perfecta: Si alguno de ellos siente la curiosidad de jugar, es muy posible que quede enganchado.

La comida y bebida no es la principal fuente de ingreso de los casinos. ¿Para qué intentar lucrar con eso cuando la misma gente regalará su dinero en las máquinas? Se pueden dar el lujo de darlo al costo. Con tener a las personas dentro del casino hay probabilidades de que jueguen en las máquinas. Vi muchas personas a las cuales me daban ganas de decirles: "Tú no deberías estar aquí". ¿Pero quién soy yo para hacer eso? Por mi parte, nunca jugaré. Me parece estúpido e irracional. A veces me dicen: "¡Es que nunca has experimentado la emoción de ganar!". ¿Ganar qué? Siendo sinceros, yo no vi ganadores ahí adentro.

Cuando ya nos íbamos me detuve para ver en qué había terminado el juego de la anciana. Su crédito estaba a punto de llegar a cero pero seguía presionando el botón. En el último juego la máquina hizo una pausa dramática: Las figuras se detuvieron pero la última línea siguió rotando durante mucho tiempo. La señora golpeaba la pantalla con desesperación, como intentando alterar su funcionamiento. Quería recuperar todo lo perdido en ese último juego. No sucedió.