Banshee beat

Con giros sonoros activó el titiritero de mi neocórtex. Te retorcías cíclicamente, feliz en supernova tornasol, dentro de cuatro paredes blancas, sucias, manchadas: Nuestro universo. Hizo acto de presencia nuestra incompletencia (hueco en las entrañas). Salimos, amor.

El asfalto monocorde, como lengua cosquilleada por nuestras suelas (pasos polifónicos), desenvolvía un día de borboteante egotrip. Camino amarillo hasta el Mago de Oz. Gurú adorado, sonrosado, certificado ISO 9000, Ronald su majestad McDonald.

Vibraba tu blusa de Super Nintendo, papilas gustativas que movían tus carnes, ondas que llegaban hasta tus senos, meciendo tu vestir. Mi voz magnetofón alabó tu porte, tu vibrar, tu pulsar como faro extraterrestre. "Psicotropia pura", anuncié, cuando cerré los ojos te disolviste entre pentágonos.

Aullido electroerótico cuando penetraste los arcos dorados. Resoplido hipnótico cuando ordenaste, sin agrandar tu orden por cinco pesos. Baile analógico, sudor de transistores, deseo pixelizado. Acaricias tu iPod, agitas tus muslos, dejas un rastro luminoso por donde pasan tus brazos.

Todos observaban tu caja humeante en lo alto. Escucha la flauta que humedece tu clítoris. Relajas, tu cabeza atrás, tu boca semiabierta, expectante. Tus hombros caen, rostro de éxtasis, se encienden tus LEDs.

Gemido en cescendo, espasmo capacitor cuando arranco tu envoltura: Eres mi Big Mac. Exclamación disonante multitudinaria. Acaricio tu gran pantalla mutitouch mientras saboreo tu McMuffin, i'm lovin' it.

Banshee beat cuando bajo tus panties, banshee beat con el lugar desdibujándose con líneas posterizadas. Me avalancé entre tus piernas como láser microondas, resbalándome por tus paredes húmedas entiendo porqué teledildonics nunca me ha funcionado. Te prefiero como Happy Meal.