Halloween

Otra vez el Halloween y otra vez no me disfracé. Siempre digo que voy a hacerlo pero cuando llega la fecha otros pendientes ocuparon mi tiempo. Además, tengo miedo a verme ridículo. ¿Pueden creerlo? Es el día donde uno tiene más permiso para verse ridículo, y lo desaprovecho estúpidamente.

Siempre he querido disfrazarme de Alex de Naranja Mecánica. Pero no el típico disfraz blanco con sombrero de bombín, más bien el traje que llevaba en la tienda de discos. Si, cuando seduce a las dos muchachas sin cerebro. Me gusta por varios motivos. Uno de ellos es que me recuerda a la ropa formal del siglo XVIII, pero con un toque sesentero aunque futurista. Claro, actualmente ya se mira "retro", pero cuando la película fue estrenada se suponía que era el futuro. Además, el prospecto de seducir a dos mujeres al mismo tiempo es bastante llamativo, y aunque estoy lejos de intentarlo, es divertido ponerte en ese papel aunque sea por una noche.


Pero tendría que hacerlo yo y no sé ni coser un botón. Podría mandar hacerlo, pero soy tan quisquilloso que probablemente odiaría el resultado final. Quizá me saldría en u ojo de la cara, y soy tan codo que no me gusta gastar tanto en un disfraz que probablemente usaré sólo una vez.

Por otra parte, estoy seguro de que casi nadie lo recordaría. Es una referencia demasiado velada como para ser inmediatamente reconocible. Creo que todos los disfraces que se me ocurren son más o menos así: Sólo yo los entendería. No es por ser hipster, pero es que me gustan algunos vestuarios de películas y me gustaría vestir así. No es tanto que me guste disfrazarme, sino vestir esa ropa. Lamentablemente la única fecha para hacerlo y que no te apedreen es halloween.

Además, no supe de ninguna fiesta de disfraces aquí en Ensenada en la cual sería bienvenido. Todavía no tengo un gran círculo social. De hecho, creo que ni siquiera lo estoy buscando. No me enteré de nada, y por lo tanto, ni oportunidad de buscar disfraz.

Otro halloween más que se me va al caño. La pérdida no es grave, así que sigo tranquilamente con mi vida.

Algunas cosas no cambian


Geeking out

Explicar un tema técnico a personas no-técnicas es una especie de tortura. Si han estado ahí, lo sabrán. Normalmente uno inicia pensando que tiene completo dominio del tema. Será fácil para los demás comprender un tema así de sencillo, ¿verdad?

Pero conforme uno avanza en su discurso y empiezan a surgir términos como TCP/IP, paquetes, direcciones IP, enmascaramiento y demás, el rostro de nuestros interlocutores cambia. Uno lo detecta, pero conforme avanza la plática, la respuesta se hace nula. Es tangible que nada se está comprendiendo. ¿Qué hacer? ¿Retroceder, avanzar, detenerse?

A veces uno suda. Se pone nervioso. A veces simplemente da por terminada la plática, menciona que "es demasiado técnico". A veces uno continúa a sabiendas de que no se llegará a nada. Nunca acaba bien.

Son las desventajas de hablar un lenguaje extraterrestre.

Belleza estéril

¿Has jadeado sin nada dentro?
El diafragma empuja,
la garganta rebota,
los pulmones expanden.
No sale nada.

Inhalas:
te sabe a témpano.
Una bocanada de Saturno.
Árida, hueca y estéril.

Resbala el sudor
como brisa en un globo.
Goteas agua destilada.

Jadeas, jadeas.

Desenlazas
y de súbito despejas la neblina.
Te muestra el espejo
un bello despliegue de biología:
el orgasmo más vacío del universo.