El triste recordatorio que se irá junto conmigo

Resulta un tanto extraño estar en la sala de espera del cardiólogo, entre ancianos de casi setenta años y hombres de casi doscientos kilos. Hasta se me quedaban viendo raro. Apenas había cumplido veinticuatro, y mi corazón ya parecía lavadora descompuesta. Comencé con estos problemas cuando terminé mi segundo semestre de ingenieria, en donde se acumularon todas las matemáticas de golpe con los profesores más malditos. Mis niveles de presión psicológica y nerviosismo se elevaron hasta la estratósfera. Recuerdo que en algunos exámenes tenía que salirme del salón a respirar solitariamente mientras me tranquilizaba, mis compañeros me contagiaban la ansiedad que transmitían con temblores y estudios de último segundo.



Por las noches, cuando me acostaba a dormir, sentía los latidos tan fuerte que hacían vibrar mi cuello. En ocasiones llegué a pensar que era algún sismo porque no sabía identificar bien qué pasaba. Así que tocaba la pared de mi cuarto para cerciorarme, tan solo para encontrar mi pulso cardiaco en las yemas de mis dedos. No sentí ningún motivo de alarma, hasta que en una consulta médica normal, el doctor sospechó que podría tener arritmia, y al conectarme a un aparato del cual no conozco ni el nombre, lo confirmó.


Me asusté, y la recomendación del cardiólogo en aquel entonces fue bajar de peso, bajo riesgo de sufrir un infarto a los treinta años de hacer oídos sordos a la sugerencia. Varios años después, y unos kilos menos, volví con síntomas iguales o peores. El aire me faltaba, sentía ansiedad y dolores en el pecho. Regresé como perrito asustado para ver qué se podía hacer.


—Tienes lo mismo de siempre —me dijo, con el electrocardiograma en la mano—. Debes dejar la soda, el café, el té, el chocolate... Todo lo que te acelere. Incluso también el alcohol en exceso. Tómate estas pastillas durante quince días y a ver cómo sigues. Ya no te preocupes tanto.


Lo miré demasiado tranquilo. Cuando salí, en la sala de espera se encontraba un hombre siendo cargado por su familia, con la presión peligrosamente baja debido a que se había tomado la medicina equivocada. Mi insignificante arritmia ciertamente no debió impresionar al doctor, quien estaría más acostumbrado a corazones casi inservibles como el del tipo que estaba viendo. Lo miré mientras me iba, imaginando que dentro de unos años posiblemente me encontraré como él.

"No hay remedio", pensé. Ahora que estoy estudiando otra carrera, trabajando y haciendo otras cien cosas, la presión es igual o mayor. Me lleno de ocupaciones que no me dejan tiempo de relajación, y prefiero no reposar para no entrar en depresión.

Mi amigo Felipe falleció del corazón, él nunca se enteró de que tenía algo malo, un día simplemente se desplomó para nunca levantarse. En enero falleció también un compañero de la preparatoria, Antonio. Tomó una siesta antes de ir al trabajo y ya nunca despertó: Otro paro cardiaco. El número de jóvenes con este tipo de problemas es cada día mayor.

Con frecuencia me mantengo despierto hasta altas horas de la noche, pensando si llegará mi hora, si no amaneceré completamente frío al día siguiente. La simple idea de perder la conciencia durante la noche, nunca más recuperarla y no sentir a mi corazón traicionándome, me aterra. La mayoría de la gente me dice que no me preocupe, que esas actitudes no me ayudarán en nada, pero es difícil no hacerlo cuando sientes que la muerte ha entrado a la casa de tus vecinos sin llamar a la puerta, y mucho más cuando cargas dentro de tí un recordatorio constante de lo que será tu fin, sin obtener ningún indicio de cuándo.

Atte.

BadBit

14 comentarios:

D.R.G. dijo...

aaaay aaay...a si es la vida de incierta...

yo tambien siento k de pronto me pasara lo mismo

LA VIDA ES TAN INCIERTA...

QUE NO SE POR K LAS ROSAS SE DIVIERTEN

Mario Bogarín dijo...

Sí, ten miedo, mucho miedo, ten un miedo terrible para siempre... a veces es una mala actitud que me domina. Es un pesimismo total. Me parece que de ahí se deriva mi total desinterés por casi todo, es cierto, me siento casi impermeable al discurrir de la humanidad, como que cada cosa que hago debe resolverse sola sin importar el esfuerzo que ponga en ella: lo indispensable es hacerla. Pero en los últimos tiempos me cuesta hallar sentido a muchos niveles.

Bueno, es mi experiencia personal y creo que ya me desvié, pero porque recordé lo que creo que una vez platicamos de algo de esto, de tu corazón, del significado de nuestras actitudes ante la muerte. Creo que sí. Además, con frecuencia creciente me he puesto a pensar en la muerte, quizá demasiado en la opinión de algun psicólogo, pero es obvio que no puedo evitarlo y me lleno de un miedo que es inspirado por el estado de las cosas, tú sabes, cada vez más jóvenes pierden el sentido de la existencia y yo a veces siento como si no existiera.

¿Ves lo que provocaste?, casi me puse metafísico, pero es que me he identificado mucho con lo que dices. Un gran post. En fin, ¿cuando nos vemos?, ¿te llegó el correo del buen Perezchica?, no sé si yo pueda asistir pero no debemos pasar la semana santa sin reunirnos y charlar sobre la "cossa literaria", jeje, y tú, escríbeme para venir a charlar pronto!, ¿qué tal?

Abrazos gordos.

Matanguero dijo...

Eso me sucede a mí. De pronto el ir al doctor es para mí tan común como para otra persona ir a casa de un amigo. El tomar pastillas es algo tan natural que ya es parte de mí. Supongo que es por este tipo de situaciones que la gente dice que cada persona es diferente, y mientras yo siga pensando que este tipo de vida es una joda, no me quedará de otra que seguir de tratar en encontrar el lado bonito a esta manera de vivir.

Kamelie dijo...

Yo también siento esos pseudosismos.

Chale.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Me gusta tu Blog, me parece muy original. No me preocupan los votos, me interesa más tu opinión sobre mi bitácora. Un saludo

it's me dijo...

Chale! Que mal show que personas tan jóvenes mueran por enfermedades del corazón.

Tengo un amigo, él esta chingue y chingue que tiene cáncer, que su hora está por llegar.

¿Qué puedo hacer? No hago más que decirle que no se sugestione, que se distraiga y demás.

El punto es que aún y cuando la enfermedad que tengas sea gravísima, no puedes estarte martirizando por que pronto te va a llegar el día, mejor disfruta, diviertete, y el día que se llegue... al menos habrán valido la pena tus últimos momentos.

¿No vieron "Y tu Mamá también"?

Cazador de Tatuajes dijo...

Death is for certain.

Life is not

Damewanze dijo...

lo buen que sabes lo que debes hacer, tus conocidos ni lo sabian, y yo dejandote tomar :(

te quiero mucho

vivas el tiempo que vivas, disfrutalo y no te llenes de actividades de las que no obtendras nada, mas que desperdicio de intelecto y tiempo. esoe es mi punto de vista.

prefiero verte muerto a verte con otra jajajaja ups es al reves

besos y un abrazo

Anónimo dijo...

nunca sabes hasta donde.. no te limites en nada..!!

si.. de chicalis:D

yo tambien fui al baja prog en el teatro. el emm.. el sabado creo..

saludos :)

pd.. cuidate caray!

Anita dijo...

bueno el enfoque desde el punto de vista de ser paciente, desde el punto de vista médico, te llega el miedito cuando te llegan azules y no pueden respirar, o se desploman en el piso y tienes que hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) eso si es lo feito, por otra parte, yo quisiera morir asi, mientras duermo una muerte suave y dulce.. sin dolor... eso es lo que más espero... bueno cada quien con su gusto..
un beso y un abrazo, un gusto leerte.

Miss B. dijo...

hace mucho que deje de pensar en eso de la muerte... deje de preocuparme pero... sabes? hoy decidi entrar a una vida sana y feliz, dieta saludable y ejercicio jejeje!! me vere mas bonita jejeje!

Sonia Ló dijo...

no me imagino lo duro que ha de ser
y supongo que la mayoría de las personas
te repiten una y otra vez que tienes que disfrutar la vida
yo no se dar concejos del todo sabios
o que hagan del todo reflexionar
solo sigue el curso y las cosas pasaran cuando tengan que pasar
no creo que te puedas quejar de que tu vida no fue esto o fue el otro al final uno no se lleva nada

Anónimo dijo...

Amigo, tarde o temprano la hora nos llegara a todos, pero si tienes la oportunidad de retrasarla, adelante! siguete cuidando y hechandole ganas a todo lo que haces como siempre, pero te dire algo..tu tiempo de ausencia aun no es..hoy no...
Quiero abrazarte..

P dijo...

Chale ya me asustaste badbit. Desde hace como medio año me he dado cuenta cuando estoy dormido que los latidos de mi corazón sacuden todo mi cuerpo, tanto que hasta el colchón se mece, aún cuando no me muevo en absoluto.
La última vez que fui a correr, porque estoy en plan para bajar de peso, tuve un dolor muy fuerte a la altura del corazón cuando apenas empezaba a trotar. La neta si tengo miedo, en especial porque no me quito de la mente eso de que el corazón puede crecer de más y eso te puede matar en cualquier instante sin que tu lo esperes.

Creo que iré al IMSS lo mas pronto posible.

Saludos y no te preocupes tanto, si tiene que llegar ps nos va a llegar.